viernes, 5 de noviembre de 2010

Responsabilidad y compromiso... De los de verdad.

De vez en cuando, la televisión se hace grande y nos deja muestra de uno de sus más nobles fines (además del de entretener que –bien ejercido- también es encomiable). Aunque, en este caso me refiero al de dejarnos muestra de los valores de respeto, compromiso con los demás, civismo y solidaridad.

Hace unas semanas, una entrevista realizada en este medio, me descubrió a un sujeto que en el poco tiempo durante el cual habló, puso sobre la mesa (al menos, a mi entender) el límite mínimo por debajo del cual no deberíamos aceptar a ningún gestor público. Él y su logro son un ejemplo real de que se puede transformar la sociedad más humanamente devaluada en otra llena de esperanza.

Es Sergio Fajardo. Ha sido alcalde de Medellín, únicamente durante 4 años. Después, se ha retirado voluntariamente del cargo. Pero en ese corto lapso de tiempo ha cambiado de raíz los barrios marginales de la ciudad, marcados por las drogas, el narcotráfico y los asesinatos y los ha puesto en valor. Todo ello a través de proyectos basados en la promoción de la sociedad y de la Educación.

No era Utopía sino que, como siempre, la Educación es el camino.

Queda mucho trabajo, dice. Pero, su ciudad ya no es el espacio de muerte que todos conocimos hace unos años.

Ojalá y todos tuviéramos esta responsabilidad en la manera de hacer nuestro trabajo o de relacionarnos con los demás.





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