sábado, 24 de octubre de 2009

LA HORA DE UN CuEnTo

La semana pasada nos dejo Mª Carmen un bonito poema de los que educan y enseñan para disfrutarlo en el fin de semana, y para este, 24 de Octubre: Día de la biblioteca, yo os quiero dejar un cuento con un Valor Educativo de RESPETO y cuidado de las cosas.

Son muchísimos los beneficios que tienen los cuentos, no sólo en la educación del niño, sino en la vida familiar. Tienen una gran capacidad de transmitir valores, la mayoría de los valores más firmemente arraigados en nuestra propia personalidad, llegaron a nosotr@s de la mano de algún cuento, quien no recuerda a "Los 3 cerditos" por ejemplo, que nos inculcaron la importancia de trabajar bien; "La tortuga y la liebre" nos mostraban que la constancia y la modestia tenían su fruto; "La cigarra y la hormiga" nos hicieron ver que era más rentable trabajar que ser un holgazán.

Los cuentos tienen la utilidad de enseñar cosas nuevas.

Contar cuentos, con la habitación en penumbra y los niños acostados, es una ayuda muy eficaz para contrarrestar la falta de atención que sufren muchos niños actualmente , provocada por vivir en un mundo con tantos sobreestímulos visuales. Bajo la débil luz del pasillo, y con la tranquilizadora presencia de sus padres, los niños abren sus oídos dispuestos a transportarse al mundo del cuento, y sin darse cuenta, están aprendiendo a centrar su atención.

Os dejo un cuento con:
Un Valor Educativo de respeto y cuidado de las cosas.
La idea y enseñanza principal es que las cosas se pueden llegar a disfrutar mucho más cuando se tratan con cuidado.
La ambientación en una población cualquiera hace algunos años.
Los personajes: una niña, una abuela y una muñeca.

CuEnTO
MI ABUELA Y SU MUÑECA FAVORITA


Una niña tenía una muñeca a la quería tanto que la trataba con gran esmero y una delicadeza infinita, a pesar de que su amigos se reían de ella por ser tan cuidadosa. Con el tiempo la niña fue creciendo, cambió de casa y se hizo mayor, se casó, tuvo hijos y finalmente se convirtió en una adorable ancianita con muchos nietos. Un día volvió a su pueblo, encontró su antigua casa abandonada, y entró. Entre cientos de cosas y recuerdos, la antigua niña encontró su muñeca, tan bien cuidada como siempre, y se la llevó para regalársela a su nieta, a la que también entusiasmó. Y cada vez que la veía jugar con ella, se le escapaban lagrimitas de la alegría, y daba gracias por haber sido tan cuidadosa con aquel juguete y haber podido disfrutarlo tanto como cuando era pequeña.


Feliz fin de semana...