domingo, 1 de noviembre de 2009

Qué padres somos...?

Es de enorme importancia para nuestra tarea como padres recibir información que nos ayude en la labor de hacer personas cabales y capaces de dirigir y gobernar el futuro. Trabajo este que es, sin duda, el más apasionante de todos los que nos tocará hacer a lo largo de nuestra vida. Y, por ello, debemos ser muy cuidadosos, sin que podamos eludir nuestra obligación con la excusa de lo agotados que estamos, la cantidad de tareas que tenemos que hacer o, incluso y directamente, lo pesado y cansado que a veces es educar.

Tenemos una responsabilidad inmensa, porque debemos hacer personas sanas con valores y conductas adecuadas y eso requiere un enorme esfuerzo y mimo, al mismo tiempo.

Una valerosa mujer que conozco siempre dice que no debemos olvidar que nuestros hijos no son nuestros sino de la sociedad; introduciendo en esta máxima la obligación y responsabilidad que nos compete, no sólo en el trato con nuestros hijos, sino con los de los demás.

Debemos cuidar y respetar, sobre todas las cosas, su mundo de niños y sus relaciones con los demás, dándoles el espacio y libertad necesarios para fraguar esos vínculos y amistades que, posiblemente, quedarán para toda la vida y de los que tan orgullosos y felices se sentirán cada vez que vuelvan a reencontrarse.

Así, nos tocará muchas veces callar antes de emitir delante de ellos comentarios o valoraciones poco afortunados con respecto a sus compañeros, amigos, otros padres, profesores,…

Deberemos también evitar inculcarles una competitividad excesiva con sus compañeros. Ello, porque lo único que les puede crear es malestar y ansiedad si no consiguen los objetivos que se les marquen o si no pueden tener lo que los demás posean. Transmitiéndoles, por el contrario, la bondad del aprendizaje por el simple hecho de adquirir conocimientos y la seguridad de que lo que cada uno tiene está bien, siendo imposible tenerlo todo….

En fin, que tenemos que tomarnos esta tarea nuestra con la mayor responsabilidad, implicación y entusiasmo posibles. Y la participación en talleres, escuelas de padres o cursos que nos capaciten y nos den pistas para esta labor denota el interés por la educación de nuestros hijos.

Desde el AMPA, como ya sabéis, intentamos poner nuestro granito de arena con diversas actuaciones.

Ahora, os traemos al blog - sacado de un curso en el que estamos matriculadas otra compañera y yo – unas cuestiones de lo más interesantes. A ver qué os parecen.

Según diversos estudios, los padres tenemos diferentes estilos en la educación de nuestros hijos y se nos puede clasificar en alguno de los que os relacionamos a continuación:

AUTORITARIOS: Los padres autoritarios suelen controlar mucho a sus hijos y dan mucha importancia a la obediencia. Tienen problemas para admitir que se les cuestione, por lo que ponen trabas a que sus hijos se expresen o muestren con independencia.

Son padres controladores y exigentes, no muestran afecto y pueden llegar a ser hostiles y degrandantes.

Ellos van a dar lugar a hijos con poca autoestima y poca competencia social, agresivos, impulsivos, que obedecen pero no colaboran y con baja tolerancia a la frustración.

RESPONSABLES: están implicados en el día a día de sus hijos. Les acompañan a lo largo de todo su proceso evolutivo planteándoles exigencias y límites adecuados a cada edad. Todo dentro de un ambiente de diálogo y afecto. Afectuosos, comunicativos, exigen con responsabilidad y son cálidos.

Sus hijos tendrán una buena autoestima y competencia social. Tienen autocontrol, autonomía, encuentran recompensas a largo plazo y están motivados para la tarea.

NEGLIGENTES. Son padres que no se implican en su labor educativa. Normalmente expresan muy poco afecto, apenas se comunican con sus hijos, y les dejan decidir desde muy pronto sobre distintos aspectos de su vida. Les cuesta poner límites, están presionados por otras exigencias. Son padres permisivos y fríos.

Los hijos tendrán poca autoestima y capacidad de relación, poco control de impulsos, falta de respeto a las normas e inestabilidad emocional.

PERMISIVOS. Consideran que no tienen que ejercer ningún tipo de control sobre sus hijos. Permiten a los hijos tomar decisiones, les animan a organizarse en el día a día como quieran. Fomentan la irresponsabilidad y la poca capacidad de esfuerzo. Son afectuosos pero poco comunicativos. Permisivos y cálidos.

Darán lugar a hijos con buena autoestima, vitales y sociables. Con dificultad para controlar los impulsos, poco motivados para hacer las tareas e inmaduros.

FUENTE: Universidad de Padres.


Obviamente, estos son modelos. Aplicados a los casos concretos, será normal encontrarnos con mezcla de varios de ellos en una misma persona. Bueno, y cuál se asemeja más a ti?...

Feliz semana!!