martes, 21 de abril de 2009

Temas de interés

La verdad es que se disfruta leyendo temas que te puedan servir para tu vida y la de los tuyos. Y, personalmente, el blog del juez me parece de lo más interesante para lo que nos toca como padres, porque los temas de menores que trata los conoce de primera mano por su trabajo y eso siempre nos puede ayudar.

Dejo enlace directo al último tema que tratan, de gran interés para nosotros, bajo mi punto de vista. Precisamente hoy, hablábamos de este tema por aquí.

http://www.granadablogs.com/juezcalatayud/2009/04/el-movil-viejo-para-el-nino/



Un saludo.

3 comentarios:

  1. Si es verdad amiga que se disfruta leyendo temas que puedan ayudarte en la vida y sobre todo en la educación de tus hijos, como hoy día 23 de Abril es el día del libro, aprovecho para dar ideas y que mejor regalo que un buen libro y ya que estamos con nuestro juez D. Emilio pues recomendaros su libro "Sentencias Ejemplares" que debe estar fenomenal, así que yo lo apunto en mi lista de libros pendientes.
    Os dejo con una frase brillante del novelista ruso Fiodor Dovstoievski, "Los libros son mi aliento, mi vida y mi futuro". También lo son para mí. Y no dudo que para todos ustedes. Lean y sigan creciendo.
    FELIZ DIA DEL LIBRO
    Un saludo,

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  2. Perdonarme por el error que he cometido al poner el título del libro en el anterior comentario.

    Título: "MIS SENTENCIAS EJEMPLARES"
    de CALATAYUD, EMILIO y MORAN, CARLOS

    LA ESFERA DE LOS LIBROS
    nº de páginas: 354 pags

    ISBN: 9788497347662
    Nº Edición:1ª
    Año de edición:2008
    Plaza edición: MADRID


    Os dejo con un fragmento de su libro para ir haciendo boca:
    _______________________________________________
    Perfil:
    el juez que se atreve
    (El magistrado que cerró su tribunal… y la Alhambra)
    Rebelde con causas
    Emilio Calatayud es un conservador que organiza revoluciones a diario. Si utilizamos un símil
    gastronómico para describir su personalidad, su faceta privada, él pertenecería a la cofradía del
    puchero. Sota, caballo y rey. Un buen cocido con todos sus «sacramentos» y que le den por ahí a
    la nouvelle cuisine. En el ámbito profesional, en cambio, es tan osado como Ferrán Adrià, por
    continuar con la analogía culinaria. Siempre ha sido así. En el don Emilio maduro sigue viviendo el
    adolescente que fue: un chaval pendenciero, divertido, audaz y un tanto atolondrado. La toga no
    ha sido una cárcel; ni las puñetas que blanquean sus muñecas, unos grilletes. La solemnidad del
    cargo no ha enterrado sus genes traviesos. Dos en uno. Quizá ahí resida el secreto de su ancha y
    larga popularidad. Es el padre y el hijo… pero no el espíritu santo, que quede claro. Don Emilio es
    buena persona, pero no un beato o un bendito. En una entrevista le preguntaron si alguna vez
    había juzgado con resaca. Respuesta: «Digamos que salgo de vez en cuando y me tomo una
    cerveza o más, como todo el mundo. Y en alguna ocasión puedes acabar perjudicado, como todo
    el mundo».
    Tampoco es don Emilio un héroe, un iluminado o un visionario que conoce todas las respuestas. A
    pesar de su voz de trueno, es un señor sensible y con don de gentes. Su despacho es una especie
    de gabinete psicopedagógico, un diván en el que, un día sí y otro también, se tumban papás y
    mamás que son incapaces de gobernar el timón de sus vidas. Sus niños se han rebelado y han
    tomado la Bastilla. Don Emilio escucha y aconseja. Ha entendido como nadie que él es el
    representante de un poder del Estado, pero también un servidor público, que, si me apuran, es lo
    esencial.
    Él es así, pero no alardea de ello. Su lado amable y solidario es tan desconocido como su rostro
    protestón e inconformista. Es altamente probable que Emilio Calatayud sea el juez español que en
    más ocasiones y con más intensidad se ha enfrentado a la pétrea —cada vez menos,
    afortunadamente— jerarquía judicial. Lo que ocurre es que él no corre a contárselo a los medios
    de comunicación (si lo hubiese hecho, se habría ganado más titulares que un futbolista de
    relumbrón o una estrella del cinematógrafo). Aunque pueda parecer lo contrario, la fama le trae
    sin cuidado. Cuando cree que está ante una injusticia, se queja y punto. Sabe que habrá
    consecuencias, no es un inconsciente, pero no se calla. Es un juez que se atreve. Ha sido su seña
    de identidad desde que estrenó la toga, allá por el año 1980.
    Una advertencia antes de seguir: todo lo que van a leer a continuación es rigurosamente cierto. El
    periodista no ha inventado nada. Lo que se cuenta es don Emilio en estado puro. Ni más ni menos.

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  3. Querida Maga, vaya buen estreno de Día que nos has traído. Sabemos que el libro está agotado, pero seguro que sólo de forma transitoria y en breve podremos disfrutar de él por completo.

    Esta puerta que nos abres a su contenido y a la presentación de su protagonista, nos termina de convencer de la NECESIDAD de su lectura.

    Yo también estoy convencida de que hay que hacer siempre, aunque parezca que es poco. Ya decía una generosa imparable algo así como que "lo que hagamos puede parecer una gota en el inmenso mar, pero que el mar no sería el mismo sin esa gota". (La cita textual la tenemos colocada en su entrada correspondiente).

    Por el bien de nuestros hijos, no podemos acomodarnos con lo que sea. La enseñanza de los valores les debe venir principalmente de sus casas y nosotros tenemos la responsabilidad de transmitirles los que entendamos como más deseables, justos y convenientes para gobernar sus vidas.

    Traigo a nuestro blog ya también una frase que una amiga y buena mujer me transmitió a mí hace un tiempo. Me decía que "mucha gente en sitios pequeños hará pequeñas cosas que cambiarán el mundo".

    No somos visionarios ni mucho menos, al revés, nunca sacamos los pies de la tierra. Pero por eso y porque analizamos, sabemos que obligatoriamente tenemos que hacer. Aunque sea en pequeñín... y siempre con cabeza.

    Un abrazo y feliz día.

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