martes, 6 de abril de 2010

EmPaTiA bonita palabra para entender, ayudar y querer a los demás.



Tenemos noticias muy duras de gente joven que entre compañeras tienen odio en su corazón y llegan a cometer delitos muy graves, al oír estas noticias no se me viene otra palabra a la mente que EMPATIA, inculquemos a nuestro pequeñ@s a querer a los demás, a ponerse en el lugar del otro y a ser felices, enseñemos con el CORAZON. Ir aprendiendo en la vida poco a poco, pero con paso firme, tomando el camino hacia la madurez, reír, llorar, aprender.

Os dejo con un vídeo que nos ejemplifica precisamente este tema. Muchas veces, el ser capaces de darnos cuenta del sufrimiento ajeno nos ayuda a la hora de superar nuestros problemas: y sólo siendo mejores personas podremos ayudar realmente al mundo.

http://www.youtube.com/watch?v=0KTZ2Gbyktk


También os dejo unos videos de un profesor de una Escuela Municipal de primaria en Kanawara, una ciudad de 8.000 habitantes en Japón, 35 alumnos en clase, 1 profesor, Toshiro Kanamori, y un objetivo: SER FELICES y aprender a pensar en los demás.
Solo tenemos una vida y debemos vivirla con alegría, la felicidad no consiste en buscar únicamente el beneficio individual sino en aprender a pensar en los demás,
esta es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.

http://www.elblogalternativo.com/2008/12/11/toshiro-kanamori-y-la-pedagogia-para-ser-feliz-y-pensar-en-los-demas-otra-educacion-es-posible/


Gracias a todos los Toshiro Kanamori del mundo por demostrarlo cada día con vocación, conciencia y alegría.

1 comentario:

  1. Me alegro mucho, Maga, de que saques de la maraña de internet los enlaces que nos traes y los dejes directamnte en nuestro blog para que sea de fácil acceso para todos nosotros.

    Tenemos que retomar el único camino del que nos hemos desviado de forma tan abismal y de cuanta más ayuda dispongamos, mejor.

    Parece mentira que con lo que hoy sabemos o deberíamos saber, estemos criando así a nuestros hijos.

    Propiciando en ellos conductas tan espeluznantes como la que estamos conociendo en estos días o tan desesperanzadoras como las de nuestros jóvenes desincentivados y con sus ilusiones puestas en el fin de semana o en actividades que les reporten beneficio rápido y en el corto plazo.

    Responsabilidad, esfuerzo, estudio, divertimentos sanos y adecuados a su edad... En eso, tenemos que trabajar todos.

    Porque, que nos quede claro, que gran parte (por decirlo bien) de la responsabilidad de lo que están haciendo ellos es nuestra, de sus padres y su familia. Y después, también, de los educadores y, sobre todo, del sistema político y social que es el que está regulando la manera de educar en la escuela, los instrumentos con los que cuentan los maestros, los contenidos y los objetivos de la educación...

    Los padres del hijo que llega a cometer actuaciones como las que estamos conociendo han estado mirando para otro lado en cuanto al comportamiento de su hijo/a en algún momento de la vida del niño. Eso es del todo seguro.

    Posiblemente con trece años ya sea muy difícil hacerse con él, pero en algún momento se miró para otro lado en vez de corregir sus comportamientos inadecuados y, seguramente, eso debería haberse hecho en los primeros años de la niñez.

    Así que nos toca trabajar a nosotros. Espero que sepamos hacerlo bien por el bien de todos y, sobre todo por el de ellos/as.

    Maga, cuánta razón tienes diciendo que la empatía hay que tenerla presente siempre. E, incluso, simpatía, que nos acerque con cariño y respeto a los demás...

    Realmente, lo que mayor alegría reporta a cada uno es hacer algo por el otro. Sea por tu familia, los vecinos, los niños, la gente que lo necesita...

    Y hay que recordar aquello de que "tus hijos no son tuyos sino de la sociedad", así que tenemos que cuidarlos y respetarlos a todos como si fueran nuestros. Porque, además, de ellos y de la forma que los eduquemos y guiemos depende el futuro de todos.

    En fin, tenemos que trabajar bastante y sin dejarlo. Somos padres y eso conlleva una gran responsabilidad. Posiblemente, la mayor de nuestras vidas, sin que podamos dejarla de lado, porque a veces se haga muy pesada o estemos cansados u ocupados.

    Y para ello sería conveniente e, incluso dependiendo de los temas, también necesario tener entendimiento común entre nosotros, en vez de ir cada uno por nuestro camino, pensando en lo mal que está todo, que la culpa es de los demás y que mi hijo no es como los demás, que el malo es el del otro y el mío lo va a hacer todo bien o ya me encargaré yo de que nadie le tosa... Más bien, creo yo, que habrá que remar todos en la misma dirección.

    En fin, un gran trabajo... Así que, que la fuerza nos acompañe.

    Un abrazo ;) :))

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